Edward Anthony Sowell nació el 19 de agosto de 1959 en Cleveland, Ohio (Estados Unidos). Su infancia y juventud transcurrieron en la miseria. Realizó estudios básicos. Fue un niño maltratado que desde pequeño aprendió a odiar. Se crió en East Cleveland, siendo uno de los tres hijos de Claudia "Gertude" Garrison, quien era madre soltera. En un incidente, su madre lo obligó a desnudarse delante de los otros niños, azotándolo con cables eléctricos hasta que sangró. Con ellos vivía una sobrina pequeña, a quien Anthony Sowell comenzó a violar diariamente desde que ella tenía diez años de edad. Durante dos años, la niña aguantó el abuso físico de su joven tío. Cuando no estaba abusando de ella, Sowell se dedicaba a recorrer las calles buscando trozos de metal que vendía como chatarra, así como a pedir dinero a los transeúntes.
Siempre fue un hombre violento, con accesos incontrolados de ira. A pesar de eso, a la edad de diecinueve años, Sowell entró en el Cuerpo de Marines de Estados Unidos. En 1980, Sowell pasó un año en el extranjero con el Grupo de Apoyo a la Fuerza y luego regresó a Cherry Point. Luego estuvo asignado a la Infantería de Marina en Okinawa, Japón. Durante su carrera de siete años en el Cuerpo de Marines, el cabo Sowell recibió una Medalla de Buena Conducta con una estrella de servicio, una cinta de implementación de servicio en el mar, un Certificado de Felicitación, un Mástil Meritorio, y dos cartas de agradecimiento.
En 1989, una mujer que estaba embarazada de tres meses fue a la casa de Sowell voluntariamente; pasó a visitarlo, pues lo conocía. Cuando ella trató de irse, Sowell no lo permitó: la ató de pies y manos con una corbata y un cinturón, y luego la amordazó con un trapo. La víctima declaró después a la policía: "Él me estranguló muy fuerte. Pensé que iba a morir". Sowell fue acusado de violación, secuestro y tentativa de homicidio. Con el tiempo se declaró culpable del cargo de intento de violación, y como resultado fue sentenciado a quince años de prisión.
Sowell salió de la cárcel en 2005. Los años en prisión lo habían endurecido. Siguió dedicándose a recolectar basura para venderla. Bebía constantemente y presentaba accesos de ira cada vez más fuertes. Sus vecinos a veces lo veían caminando por las calles de Cleveland, recogiendo trozos de metal, con una chamarra o un abrigo raído, un gorro sucio, la barba crecida, el aspecto desaliñado y oliendo mal. Para todos los efectos, Sowell era un indigente.
Asombrosamente, su casa era una de las más arregladas en una urbanización llena de viviendas con la pintura descascarada y las ventanas rotas. Se veía segura. Sowell solía sentarse en los escalones del frente a tomar cerveza y saludar a los vecinos que pasaban hacia la tienda de la esquina. A algunos les ofrecía drogarse con él.
Apenas salió de prisión, reinició su búsqueda de mujeres. Pese a ser un hombre desaliñado y poco atractivo, constantemente invitaba a prostitutas a su casa, ubicada en un barrio muy transitado, y ellas accedían a acompañarlo. Con el ofrecimiento de beber unos tragos, llegaban a su domicilio, donde Sowell les hacía creer que les prepararía algo. Luego las agredía de forma salvaje.
Lori Frazier, la sobrina del alcalde de Cleveland, Frank G. Jackson, comenzó una relación amorosa con Sowell poco después de su salida de la cárcel y vivió en su casa. Pero algo había cambiado. En esta nueva etapa, Anthony Sowell atraía a las mujeres para matarlas. Las golpeaba, luego las amarraba y les quitaba la ropa. Una vez desnudas, las violaba y sodomizaba. Cuando terminaba, las estrangulaba con sus propias pantaletas. Luego las descuartizaba y desperdigaba sus restos por la vivienda. A otras las enterraba en el patio.
El 22 de septiembre de 2009, una de ellas, Tanja Doss, sobrevivió al encuentro. Tiempo después declararía: “Cuando subí con Sowell al dormitorio del tercer piso para tomar un trago, éste me atacó. Estaba sentada en la esquina de la cama y él nada más se paró de un salto, y vino, y empezó a ahorcarme". Agregó que se escapó a la mañana siguiente, cuando él fue a la tienda. Pero ella fue la excepción.
Tanja Doss presentó una denuncia contra él por violación y agresiones. Se giró una orden de aprehensión contra él. Los agentes de la policía llegaron al domicilio de Sowell y al no encontrarlo revisaron su casa. Fue entonces cuando encontraron dos cadáveres en el tercer piso.
Mientras tanto, Sowell paseaba tranquilamente por una calle cercana al principal cuartel policial de Cuyahoga. Allí lo ubicaron unos patrulleros, que lo arrestaron enseguida. Al principio negó su identidad, pero después de una revisión de sus huellas dactilares, admitió ser la persona que buscaban los agentes.
Las investigaciones hallaron seis cadáveres más en el patio de la casa de Sowell; dos de ellas eran negras. Esa sección estaba oculta de la vista por una casa vacía a la izquierda y la pared sin ventanas de una fábrica de embutidos a la derecha. Cuando el olor de los cadáveres en descomposición llegaba hasta la calle, los vecinos le echaban la culpa a la fábrica.
La policía encontró tres cadáveres más enterrados bajo las escaleras. Un cráneo fue hallado en un cubo en el sótano. Además encontraron restos de otra mujer en los alrededores de la vivienda. Debido a su avanzado estado de descomposición no se lograron determinar las causas de su muerte. Al terminar de revisar toda la casa, el número de cadáveres ascendía a once. Una de ellas fue identificada como Tonia Carmichael, cuya desaparición fue denunciada en 2008.
El descubrimiento de los cadáveres representó una vergüenza para la policía de Cleveland, que fue acusada por familiares de las víctimas de no investigar adecuadamente las desapariciones, dado que la mayoría de las mujeres desaparecidas eran drogadictas y vivían en un barrio empobrecido. Tras las muestras de indignación por los asesinatos, el alcalde recomendó una reestructuración en la forma en que la ciudad atiende los casos de personas desaparecidas y las investigaciones sobre delitos sexuales. En 2010, varias personas presentaron una demanda contra la ciudad.
Sowell compareció ante el Juez de un Tribunal Municipal de Cleveland y fue acusado de once cargos de homicidio con agravantes. Su juicio duró dos años. En 2011, el jurado deliberó durante quince horas, antes de anunciar el veredicto. Sowell fue hallado culpable de homicidio agravado, secuestro, ocultamiento de evidencias y abuso de un cadáver, lo que cerró un caso que conmocionó a la ciudad de Cleveland desde que los cadáveres fueron desenterrados en “La Casa con Olor a Muerte”, como se referían a ella los vecinos.
La mayoría de las familias de las víctimas salieron por una puerta lateral del juzgado, para no hacer declaraciones sobre el veredicto. Cuando Sowell fue hallado culpable, la madre y la hija de la víctima se abrazaron y lloraron. Apenas el jurado abandonó la sala, Sowell levantó las manos esposadas. Ninguno de los abogados emitió comentarios.
Las víctimas
Un juez lo sentenció a muerte. "Nos merecemos esta justicia", declararía ante los medios Denise Hunter, cuya hermana Amelda apareció sepultada en el traspatio de Sowell, dentro de bolsas de polietileno para basura. "Estoy muy agradecida de que finalmente, hoy, todas nuestras familias puedan descansar, igual que nuestros seres queridos, con la seguridad de que la paz ha vuelto a nosotros".